Por Sofia Sharova
Érase una vez, un pequeño club estudiantil que se originó en una universidad internacional en Madrid. Sus comienzos podrían parecer pequeños, pero sus sueños eran grandes. Esta es la historia del Student Leadership Council o Consejo de Liderazgo Estudiantil, liderado por uno de nuestros profesores más apreciados en CIS University, Anthony Verrecchio.
Si alguna vez conociste a Anthony, o tuviste la oportunidad de asistir a sus clases, ya sabes que es un apasionado defensor de los Derechos Humanos. Ese mismo entusiasmo y fervor lo llevaron a crear el Student Leadership Council (SLC). —“La idea básica es involucrar más a nuestros estudiantes en iniciativas que mejoren nuestra comunidad local, a la vez que desarrollamos programas de cooperación internacional», comentó el profesor de Derechos Humanos.
Como todos sabemos, siempre hay una abundancia de problemas relacionados con los Derechos Humanos y hay innumerables oportunidades para contribuir a un mundo mejor.
«Claro que hay muchos problemas que compartimos en gran parte de Europa, especialmente en el sur, incluyendo Italia, España y Grecia, y tenemos equipos de RFK Human Rights en esos países, entre otros», declaró Verrecchio.
También mencionó que dichos territorios tienen sus propias versiones nacionales del Student Leadership Council, todas ellas bastante similares al que tenemos en CIS University, lo que presenta una excelente oportunidad de colaboración, aunque por ahora tan solo sea de forma remota. El Consejo tiene entre sus objetivos conectarse y trabajar con equipos de otros países, como Italia y Grecia, para lograr resultados coordinados. La cooperación internacional está en el horizonte para el SLC, y el profesor Verrecchio ya trabaja actualmente con otras naciones vecinas, preparando el terreno y creando el marco administrativo para colaboraciones conjuntas.
Además, tal y como señala el profesor Verrecchio, existe la posibilidad factible de solicitar financiación de la UE para ayudar a las iniciativas que el Club elabore o para financiar la difusión sus mensajes.
Desde un punto de vista más filosófico, el profesor de Derechos Humanos observa que las personas aprendemos mucho más al salir ahí fuera, interactuando y contemplando los hechos, en lugar de estar recluidos en un aula. Mientras ayudan con problemas sociales y ecológicos, los estudiantes no solo están aprendiendo a ver e identificar los conflictos por sí mismos, sino que también se están volviendo más empáticos, comprensivos y solidarios.
Frecuentemente, uno puede tener el impulso, la motivación y el deseo de ayudar a los demás; sin embargo, puede que no tenga los recursos o el conocimiento sobre la forma de abordar el asunto. Ahí es donde entra en juego el nuevo club con un concepto simple, pero muy poderoso: «Ayudar a los estudiantes que quieren estar involucrados y darles una manera de hacerlo», explicó el portavoz del SLC.
El objetivo principal, según Anthony Verrecchio, es «mostrarte que puedes cambiar las cosas cuando te juntas y te organizas. Te enfocas, te apasionas, y te vuelves creativo».
Los alumnos que participan en el Consejo también comparten esta visión. Un miembro del Student Leadership Council, Ekaterina Panferova, comenta que «el SLC tiene un verdadero potencial para realmente traer cambios». Otra estudiante, Nova Schaapherder, secretaria del Consejo, está de acuerdo: «Le da una voz y una declaración a los estudiantes: Podemos tener un impacto directo y real en la comunidad social y medio-ambiental que nos rodea.»