Lola Colomina: el regreso a casa de una profesora tras 24 años en Estados Unidos

Por María Cebrián

Lola Colomina es profesora en CIS University y comenzó a impartir las asignaturas de “Introduction to Literary Studies” y “Lengua Española” en otoño de 2024. En esta entrevista, nos invita a recorrer con ella los 24 años que pasó en Estados Unidos, una etapa vital y transformadora.

Lola llegó a los Estados Unidos en 1996 para cursar su máster y doctorado en literatura hispánica, y pronto se vio inmersa en una gran diversidad académica, diferencias culturales y un sinfín de oportunidades que marcarían su carrera. Recuerda especialmente con cariño sus años como profesora en el College of Charleston (Carolina del Sur), donde forjó vínculos que se convirtieron en auténticos lazos familiares, y donde descubrió su vocación por guiar a los estudiantes en el mundo de la literatura. Ya de vuelta en España, comparte con nosotros algunas de las experiencias más significativas de su vida en el extranjero.

Lola, ¿cuánto tiempo viviste en Estados Unidos y cómo fue tu experiencia allí?

Viví en Estados Unidos casi 24 años. Llegué en 1996, justo después de terminar la licenciatura en Filología Inglesa en la Universidad de Alicante, para comenzar mis estudios de posgrado en Michigan State University (MSU). Fue una experiencia increíble, ya que me permitió aprender de grandes expertos en el campo de la literatura. Tuve la suerte, por ejemplo, de contar como profesor y mentor con Joseph T. Snow, el mayor especialista mundial en La Celestina.

Después de doctorarme, me incorporé al College of Charleston, en Carolina del Sur, donde pasé diecisiete años creciendo tanto en lo profesional como en lo personal. En conjunto, fue una experiencia inolvidable: hice amistades que hoy considero familia, e interactué con literalmente miles de estudiantes. También se me brindaron oportunidades fantásticas, como dirigir un departamento académico o viajar a muchos países por motivos profesionales.

¿Qué diferencias culturales encontraste al llegar?

Lo primero fue adaptarme a los acentos y dialectos regionales del Medio Oeste. También me costó adaptarme a la comida; en esa época, viviendo con el limitado presupuesto de estudiante, lo que podía permitirme era casi todo procesado, y yo estaba acostumbrada a comer carne y pescado fresco a diario (aunque no saber cocinar también tuvo bastante que ver). Aparte de eso, recuerdo lo mucho que disfruté conociendo gente nueva y descubriendo lugares.

¿Qué aspectos de la vida en España echabas más de menos?

Mi familia y mis amigos de toda la vida. Al final, todo en la vida gira en torno a las personas, ¿no? Esa fue la razón principal por la que decidí volver.

¿En qué universidades enseñaste en Estados Unidos?

En Michigan State University (todos los estudiantes de posgrado tienen allí una plaza como ayudantes de docencia, así que impartí clases de español durante los siete años que duró mi formación) y más tarde en el College of Charleston, donde enseñé una gran variedad de asignaturas, tanto en español como en inglés, en varios departamentos, incluidos Literatura Comparada y el Máster en Educación de Lenguas.

¿En qué se diferencia la experiencia docente en EE. UU. de la que tienes ahora en España?

Ser profesora titular implica una dedicación a tiempo completo, no solo a la docencia, sino también a la investigación y al servicio institucional. Por tanto, además de enseñar, dedicaba gran parte de mi tiempo a investigar y a colaborar con distintas tareas del College of Charleston.

Más allá de ofrecer clases de calidad, lo que más se valora en una plaza titular es la calidad de tus publicaciones, y por eso dediqué mucho tiempo a desarrollarme como investigadora. Aquí en España, en cambio, estoy mucho más centrada en la docencia. De las tres áreas que ocupan mi horario, (investigación, servicio y enseñanza), es la que más me apasiona.

¿Estás disfrutando de tu regreso a España y de tu rol como profesora en CIS University?

Me encanta estar de vuelta, sobre todo porque ahora puedo ver a mi familia con mucha más frecuencia. Y me encanta enseñar en CIS University. Hay algo muy especial que ocurre en nuestras clases de literatura cuando veo que un estudiante conecta de verdad con una obra.

Por supuesto, enseñar español a estudiantes no nativos también es muy emociante para mí. Y, en un plano más amplio, lo que más valoro de CIS University es la convivencia en el aula entre estudiantes españoles, americanos y de muchos otros lugares del mundo. Hay algo único en esa diversidad que resulta muy enriquecedor.

¿Qué es lo que más echas de menos de tu etapa en Estados Unidos?

Muchas cosas, pero especialmente a mis amigos y antiguos compañeros (con algunos llegué a tener una relación muy estrecha). También echo de menos la ciudad de Charleston y la región conocida como low-country; para mí, una de las zonas más bonitas del país.

Vivir en el extranjero puede ser intimidante. ¿Sentiste miedo alguna vez?

Sí, claro. Recuerdo especialmente mi primera estancia larga fuera de España, cuando fui estudiante Erasmus en la Universidad de Aberdeen. Al principio fue muy abrumador no conocer a nadie y no entender completamente los acentos escoceses.

Pero fue allí donde aprendí a abrazar lo desconocido. Creo firmemente que solo cuando uno sale de su zona de confort empieza a aprender… y, por tanto, a vivir con más plenitud. Las experiencias más increíbles suceden cuando te sumerges en otra cultura, como seguro podrán confirmar muchos de nuestros estudiantes en CIS University.

Sé que es difícil decidir, pero ahora que estás de vuelta… ¿con qué te quedas, con EE. UU. o con España?

No podría elegir. Siempre consideraré ambos lugares como mi hogar, esté donde esté. Guardaré con mucho cariño los recuerdos de mi vida en el extranjero. Esa experiencia me ha convertido en quien soy, y creo que gracias a ella soy una persona más abierta.

Pero no tengo ninguna espinita clavada: estoy feliz de haber vuelto a España.