“Ahora que aún tenemos reciente la tragedia acaecida en Turquía y Siria, os puedo asegurar que junto al ejército, la policía y los servicios sanitarios, los primeros en desplegarse allí, sobre el terreno, fueron compañeros del Tercer Sector de todas las nacionalidades que podamos imaginar.”
Con estas impactantes palabras comenzó su ponencia sobre Carreras y salidas en el Tercer Sector Rocío Balsón, responsable de Comunicación y Marketing en la Fundación Infantil Ronald McDonald España.
Pero antes de nada, quizás deberíamos definir exactamente qué es lo que denominamos “El Tercer Sector”. En palabras de la propia Rocío, este sector “representa a la sociedad civil organizada y se refiere al conjunto de actividades sociales que no se conducen con afán de lucro, y no dependen ni del Estado ni del mercado para funcionar.”
Por tanto, las diversas fundaciones, asociaciones, cooperativas, entidades religiosas, o empresas de inserción laboral, forman lo que consideramos “Tercer Sector”, llamado así por regirse y funcionar fuera de los Estados nacionales y las empresas privadas.
Dicho sector se conoce más popularmente como Organizaciones No Gubernamentales u ONGs, que para funcionar deben actuar bajo la forma jurídica de una fundación, es decir, deben ser entidades sin ánimo de lucro (no buscan un beneficio económico), y sus fines responden a intereses generales y no particulares.
Sin embargo, como es lógico, que una ONG no busque beneficios financieros no significa que no pueda ser rentable, e incluso poseer un patrimonio y unos excedentes económicos, destinados al cumplimiento de sus fines estatutarios. Y para lograrlo, necesitará reclutar y contratar a profesionales que formen parte de sus recursos humanos.
Trabajar para una ONG
Existe la creencia errónea de que un profesional integrado dentro de una ONG debe regalar su tiempo o “expertise” a la Fundación sin recibir una remuneración a cambio. Nada más alejado de la realidad, las entidades del Tercer Sector se nutren con integrantes de todo tipo, desde voluntarios por horas, hasta profesionales altamente cualificados.
Trabajar para una organización no gubernamental supone muchos retos y particularidades por lo que las habilidades de investigación, análisis y pensamiento crítico de las carreras de humanidades son muy necesarias. Además requiere de una serie de cualidades y “soft skills” como la empatía y la asertividad, o la fortaleza mental para enfrentarse a situaciones adversas que pueden resultar incómodas o desalentadoras. Sin embargo, a pesar de todo ello, a la gratificación del trabajo bien hecho, siempre queda la satisfacción por dejar un mundo mejor.
Y es que tal y como finalizó Rocío, compartiendo una cita de Ana Frank: ¡Qué maravilloso es que nadie tenga que esperar ni un segundo antes de comenzar a mejorar el mundo!
